24 DE DICIEMBRE 2014
Habitamos un planeta finito, regido y limitado por la entropía y la ecología
(Irvine y Ponton, 1988)
¿Mediante que transición imaginable podemos pasar de aquí a un futuro verde? ¿Se puede estrechar, al menos, el abismo inmenso entre los soñadores que piensan en verde y la realidad presente? ¿Cómo podemos empezar? Tales eran las preguntas que en 1987 se formulaban los Schwarz[1] y que aún esperan respuestas.
Podríamos agregar algunos otros interrogantes: ¿Cómo tornar atractiva la propuesta de un ecologismo que cuestiona la concepción productivista y el consumismo – que le es inherente – en países donde se persigue la utopía de revivir el “sueño americano”? ¿Cómo captar el interés y la adhesión de la gente sobre la necesidad de dejar atrás una sociedad profundamente imbuida de mercadolatría y tecnolatría, y avanzar hacia la construcción de una sociedad diferente basada en la convivencialidad?
Convencidos de la inminencia, inevitabilidad, y – si no actuamos – probablemente, de la brutalidad con la que se concretará el cambio de sociedad, el ecologismo tiene que llevar un mensaje orientado a demostrar que, en el mundo material en el que vivimos – nos guste o no – el proceso de acumulación llegará inevitablemente a su fin; de allí la necesidad y urgencia en dejar atrás – lo antes posible – nuestra sociedad fosilista/productivista cambiando radicalmente nuestro modo de vida.
Es en este punto que emergen las diferentes estrategias que se pueden adoptar y sobre las que resulta necesario debatir en tanto hoy no basta con la crítica de los modelos actuales de producción y consumo (punto de partida) ni con describir los principales rasgos de la convivencialidad y de la sociedad sostenible que se pretende como alternativa (punto de llegada) sino que hace falta definir la estrategia para un cambio social.
Dobson señala que las conversaciones sobre política verde decaen muy rápidamente cuando se toca el tema de cómo producir los cambios que nos lleven de la crítica hacia la sociedad propuesta, aduciendo que ello obedece a creencias erróneas, muy difundidas dentro del ecologismo, como las de pensar que solo una catástrofe ambiental o el mensaje de su inminencia podrán generar la voluntad política para llevar a cabo los cambios necesarios, cuestiones estas que el tiempo se ha encargado en desmentir.
Lo cierto es que no se puede ni debe esperar que las cosas cambien por si solas, de allí la importancia que reviste un debate profundo hacia el interior del ecologismo que permita encontrar las estrategias para la actual etapa de transición y adecuadas para las realidades socio-económicas y culturales en las que se pretende avanzar.
[1] Breaking Through: Theory and Practice of Wholistic Living. Schwarz, Walter and Schwarz, Dorothy – 1987, pág.253 Citado por Andrew Dobson en “Pensamiento Político Verde”.
LA (RE) VERDE 